La ciencia política y el Trabajo Social tienen una relación no siempre obvia. Sin embargo, se trata de una relación interdependiente.
La primera se encarga de explicar los mecanismos políticos de la sociedad, a través del estudio teórico y práctico del comportamiento humano colectivo. Las relaciones y sistemas de poder integran parte de esta dinámica.
La segunda, por otro lado, abarca la forma en la que el ser humano puede transformar su realidad positivamente. Las y los trabajadores sociales son individuos cuya profesión está sujeta a un marco legal. Las políticas públicas, la administración pública, los procesos electorales, por ejemplo, son fenómenos estudiados por la ciencia política. En estos casos el Trabajo Social juega un rol importante a través de la auditoría social, la resolución de conflictos y la gestión de riesgos.
Los límites y las diferencias en intervenciones son establecidos por la legislación respectiva. En Guatemala se puede nombrar la Constitución Política de la República, el Código Municipal y la Ley Electoral y de Partidos Políticos como el marco normativo que involucra la ciencia política y el Trabajo Social. Asimismo, instituciones gubernamentales y no-gubernamentales son espacios de ejercicio para ambas disciplinas.
La ciencia política y el Trabajo Social tienen en común el estudio y aplicación de rutas metodológicas para asegurar una existencia armoniosa en la vida del ser humano. Una crítica válida hacia la relación entre ambas disciplinas, al menos en Guatemala, es que no se visibilizan los lazos estratégicos entre politólogos y trabajadores sociales. La percepción pública no necesariamente encontraría los puntos clave entre ambas profesiones.
Pensamientos finales:
La ciencia política y el Trabajo Social comparten el interés por analizar el comportamiento humano desde una perspectiva de sistemas relacionales, políticos. Asimismo, ambas ciencias sociales se limitan a lo establecido por la jurisdicción y legislación vigente.
Fenómenos cíclicos (elecciones generales, elecciones locales) brindan oportunidades de investigación y análisis para politólogos y trabajadoras sociales. Por ejemplo, la iniciativa de ley para identidad de género en Guatemala ha sido rechazada. El Congreso de la República, asociaciones a favor de los derechos trans, así como otros sectores de la sociedad (Registro Nacional de las Personas, Renap, abogados y abogadas con especialización en derechos humanos) deberían formar parte del diálogo en torno a esta iniciativa.
El Trabajo Social no puede existir en una “isla operativa”, por decirlo así. En la práctica, sus alcances y límites los establece la ciencia política
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