Desde hace muchos años tenía pendiente ver el largometraje 1991, dirigido por el cineasta guatemalteco Sergio Ramírez. En este micropost, resumo: la colonia estaba viva en la Guatemala urbana (predominantemente) de esta historia. La patria del criollo sigue viva.
La violencia ejercida por una generación privilegiada tiene como trasfondo el conflicto armado interno del país (la secuencia de los créditos iniciales cumple este propósito narrativo). Existen múltiples formas de violencia en la película: violencia de género con un subtexto de homoerotismo, la ciudad versus el campo, la ciudad contra la ciudad, el ladino versus el no-ladino. Logramos verla como parte del festival Memoria, verdad, justicia. Ojalá puedan encontrarla, ya sea en salas o en streaming.
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